Talatí de Dalt es uno de los poblados más significativos de la prehistoria menorquina. Este yacimiento talayótico, situado a tan sólo cuatro kilómetros de Mahón, al este de la isla de Menorca, conserva algunos de sus monumentos y estructuras más espectaculares.

Según los expertos, el momento de máxima actividad de este poblado de medianas dimensiones, en el que habrían podido vivir alrededor de un centenar de personas, se detecta entre los siglos IV y II a.C., cuando los comerciantes púnicos de Ibiza surtían a las comunidades talayóticas de las Baleares de todo tipo de productos, generando unas relaciones de intercambio económico que se mantuvieron durante más de 300 años.

El poblado talayótico conserva un recinto de taula (singular por la pilastra lateral que se apoya sobre el capitel), un gran talayot central, así como varias estructuras adosadas y salas hipóstilas semi-subterráneas.
También se pueden observar restos de muralla y cuevas naturales de las que se cree que eran utilizadas para el enterramiento de los difuntos.