Se trata de un antiguo sendero de unos 220 kilómetros, una ruta histórica que en sus orígenes bordeaba la costa menorquina dando la vuelta a toda la Isla y del que actualmente se conservan muchos tramos. Antiguamente su función era de defensa de la costa y de comunicación entre las torres que controlaban el mar, es decir, se utilizaba para controlar la Isla. Esta función militar está documentada a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, época en que al camino se le otorgó una gran importancia por parte de los gobernadores británicos que dominaban la isla. Pero anteriormente, durante el breve dominio de la Isla por parte de los franceses, en el siglo XVIII, parece ser que también ellos lo adoptaron como vía militar de comunicación rápida y efectiva entre los fuertes o destacamentos de defensa. De esta manera, aseguraban el control de toda la ribera isleña ante posibles ataques corsarios y desembarcos de tropas enemigas.