En los escarpados acantilados que rodean la playa de Cala Morell se encuentra un conjunto de quince de cuevas prehistóricas picadas artificialmente en la roca, excavadas entre la Edad de Bronce y la Edad del Hierro, donde se llevaban a cabo las inhumaciones de los cadáveres. Se trata de la Necrópolis de Cala Morell, una de las mayores y más espectaculares de la isla de Menorca.
El buen estado de conservación y la facilidad a la hora de acceder a la necrópolis dio lugar a la ocupación de las cuevas hasta hace relativamente poco tiempo. En el interior de algunos de los refugios todavía se conservan algunas columnas y elementos arquitectónicos plasmados en la roca, como una pilastra con la doble finalidad de sustentar el techo y separar el espacio. Además, en algunos de los recintos se aprecian ventanas, diferentes niveles del suelo e incluso una especie de patio frontal.
En las paredes del barranco destacan pequeñas cavidades ovales, conocidas como “capades de moro”, a las que los expertos atribuyen alguna finalidad ritual-funeraria.